viernes, 30 de septiembre de 2011

Como cocinar para 30 y no morir en el intento 2

Se que voy atrasado con el blog, tengo muchas cosas nuevas que contar y eso no me gusta, pero he comenzado otros proyectos que de momento me absorben mucho tiempo, no se si será algo pasajero o cuajara y tendré que repartirme o evaporarme del todo, aun no tengo el don de la ubicuidad aunque lo intento.


Como cocinar para 30 y no morir en el intento





Lo más sencillo es llamar a un catering, que con celeridad y maestría te saca de cualquier apuro, o si el bolsillo no lo permite siempre nos quedara telepizza o cualquier otra empresa del gremio. También se pueden asar chuletillas de cordero al sarmiento muy socorrido en esta zona, advierto, el que asa no come, pero eso estaba previsto para otro día. A mi me gusta molestarme, soy de los que piensa que las cosas sin cierto esfuerzo no merecen la pena. La bodega esta en obras y me tuve que apañar con los fuegos de casa, como estaba programada tiempo atrás fue fácil ir haciendo cosas y congelando.

De primero hice una crema fría de calabaza (tuve que ir a cazarla primero) y naranja, con unos toques de cebollino y menta, que como iba a ser fría le va bien el congelado. Ingredientes calabaza por supuesto, naranja, cebolla, pastilla de caldo concentrado (se que los puristas dirán mejor un caldo, pero esto lo disimula muy bien, y agiliza el trabajo) nata, y mas caldo por si hay que aligerar (sirve el que viene hecho en caja)Se pocha la cebolla, da igual si los trozos son grande por que hay que triturar, se le añade la pastilla de caldo, para que aporte en el refrito, se parte la calabaza y se rehoga con la cebolla (se puede añadir un poco de patata dará suavidad y textura, pero aporta almidón), se salpimienta y se deja que sude. Se le añade agua y la dejamos cocer a fuego suave cuando ya casi esta hecha, no antes por que sino puede amargar en exceso se le añade la naranja bien lavada y entera osea con piel y se tritura todo. Lo ideal es pasarlo luego por un chino, para quede muy suave. Se deja enfriar, se le añade nata y caldo al gusto para buscar la textura deseada, se corrige si es necesario el punto de sal y pimienta y se mete a enfriar. Se pica el cebollino y la menta y se pone un poquito al servirlo, también se puede poner un chorrito de nata para que haga una nube de otro color (si se va a congelar esto se hace cuando se descongele).

Carrilleras de ternera con salvia y Merlot. Ingredientes, carrileras de ternera ( yo me hice con 9 kilos del carnicero de confianza que después de quitadas las telas y nervios, se quedarían en poco mas de 7 kilos, pero éramos muchos), sal, cebolla, ajo, harina, zanahoria, puerro, salvia que le aporta un toque alcanforado y por supuesto Merlot (siempre cocino con vino bueno, nunca guisaría nada con un vino que no me pueda beber) que haya suficiente para las carrilleras y como es un guiso largo también para ir bebiendo. Se salpimienta la carne (si se va a congelar es mejor guisarlas enteras y una vez descongeladas filetearlas y rematar la salsa) se pasa por harina y se fríe a fuego fuerte (mejor hacerlo en veces) en la sopera donde se guisaran para sellarla. Se trocea la verdura, se pocha en la sopera que hemos frito la carne, el agarrado que ha dejado la carne anteriormente se integrara en ese pochado aportando esencia, se le añade la salvia, y aquí tenemos ya una explosión de aromas, iba a decir un orgasmo pero eso ya fue antes. Cuando la pinche troceaba la cebolla con poca ropa y se le saltaba las lagrimas, no se puede uno negar a esa imagen tan tierna, esos ojos vidriados, sus manos que no pueden evitar restregarlos y aumentar la desazón, intentas consolarla pero en vez de limpiar los ojos con un trapo limpio, la mano se pierde, te restriegas contra ella, abres la venta y sacas medio cuerpo suyo fuera que se airee la vista y en esa postura sugerente te deshaces en lujuria arremetiendo sin pausa. Tras el sofoco por la premura del momento, trago de vino, regresamos dentro de la perola la carne y se le añade el vino, mantenemos un ratito a fuego fuerte que se evapore el alcohol mejor retirarse para no inhalar ese exceso, que no aporta sabor y emborracha. Añadir caldo o agua y dejar cocer a fuego suave (se puede usar la olla pero habrá que tener entonces cuidado con el liquido que hace falta muchísimo menos, nos ahorraremos dos horas, y perderemos ese tiempo de degustar vino y juguetear con la pinche) Una vez hecha la carne se saca, la salsa se tritura, mejor con un chino el color queda mas bonito, pero sin problema se puede hacer con la batidora y se deja reducir a la mitad que quede una salsa espesa, se filetean las carrilleras y se incorporan en el ultimo hervor, truco si le añadimos unas nueces de mantequilla todo brillara mucho mas y un chorrito de vino blanco, brandy, sagardo o cualquier bebida de este tipo aportara acidez quitando pesadez al plato, justo antes de servir.

Postre melón con menta, Nos hará falta melón (en mi caso mucho) claro, hojas de menta, azúcar y licor 43
El postre es sencillo, aunque un poco laboriosos. Partimos el melón por la mitad a la larga, con un saca bolas, se sacan bolas del melón, se van echando a un recipiente, la cáscara de melón que nos ha quedado se dejara igualada y limpia, con los restos se puede hacer un batido añadiéndole un poquito de ron y hielo, reconstituyente para el desgaste anterior. Las cáscaras las meteremos en el congelador, será el recipiente en el que sirvamos el postre. A las bolas de melón se le añade azúcar al gusto, eso se hace mas que nada para equilibrar los sabores cuando hay mas de una pieza, se le añade un chorrito de licor 43, cuidado porque perfuma mucho, se pica la menta muy finita y se le añade se mezcla todo bien, se deja que macere todo en la nevera unas horas y se sirven las bolas dentro de las cáscaras heladas. Esto mejor no congelarlo. De adorno unas ramas de menta por encima, el verde queda bonito con el fondo amarillento.

sábado, 17 de septiembre de 2011

De como dar de comer a 30 y no morir en el intento. 1




Este verano y contra todo pronostico he recibido gente en casa, eso tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. En este País nos vanagloriamos de ser buenos anfitriones lo que acarrea una serie de actos muy satisfactorios. Lo bueno de recibir amigos, amigos comunes con otros amigos, es que te conviertes en el centro de un eje que gira y se agranda como las sillas voladoras de un tiovivo en marcha. Lo malo es que el tiempo libre queda hipotecado. Entre las cosas buenas a parte de disfrutar de la compañía y amistad, que eso va implícito con la visita y no debería decirse, esta la oportunidad de hacer cosas nuevas, comidas de mas envergadura, catas de diferentes vinos, bebidas espirituosas y un sin fin de degustaciones que he tenido la oportunidad de disfrutar. En ese aspecto el verano ha dado mucho de si y espero que todo se normalice y comience, utilizando un símil de temporada, que estamos en vendimia, a desgranar aquí ese racimo de olores y sabores que han quedado prendidos en mi. La primera visita de unos amigos de México empezó mediado julio y duro hasta el fin de semana del 7 de agosto que in extremis los tuve que llevar a Madrid a coger su vuelo. Y con su llegada comenzó esa frenética y disfrutada tarea que concluye hoy con la partida de otros amigos que vuelven a Asturias y León.

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jueves, 23 de junio de 2011

Y en víspera de San Juan caracoles comerás.


Entre las diferentes tradiciones que atesoramos y guardamos en esta tierra tan plural, hay una que marca como un pistoletazo de salida, la explosión de bullicio y colorido de unas fiestas que son esencialmente populares. El solsticio de verano, que hábilmente fue trasladado a esta noche especialmente mágica, es celebrada con ritos y prácticas en torno al fuego, al agua, a la vegetación y al amor. Y por supuesto los Akelarres. Se quema lo viejo, lo que nos lastra, se deja agua al sereno, al amparo de la noche, para lavarnos por la mañana, se pasea por los bosques con la luz de las estrellas, absorbiendo la energía de la naturaleza y se baña en los ríos antes del alba.
Y la que mas me interesa hoy, la de comer caracoles, las formas de hacerlos son infinitas y no seré yo quien diga cual es la mejor. A mi como mas me gustan son fritos, aceite de oliva, bien de ajos, un par de guindillas, caracoles y sal. No hay más misterio, Sabor puro y concentrado sin despistes. En una sartén al fuego con un buen aceite y las guindillas, el picante al gusto, mejor mucho por si es verdad eso de que es afrodisíaco, echaremos los caracoles en vivo, los iremos salteando, se hace con fuego vivo, así que la receta es rápida, después de unos minutos, los ajos y la sal, otros pocos minutos y ya están.
Se rumorea, se dice por aquí que cuando hay merienda de caracoles borrachera segura, y puedo dar fe de ello, no quiere decir que todos se emborrachen pero si alguno o varios. El caracol tiene mucho que chupar y poco que comer.

Otra receta mas contundente y que aliviara el estomago, adecuándolo para la sangría que beberemos; son al horno con tomate. Necesitaremos tocineta, chorizo, jamón, ajos, caracoles, guindillas, aceite, sal, azúcar y por supuesto tomate, mejor natural, me refiero de bote pero sin freír y bastante tiempo y si a alguien le gustan las hierbas, no le va mal el perejil, el orégano, el romero, la albahaca o la que se prefiera.
En una bandeja que depuse podamos meter al horno, echaremos el aceite, la tocineta, el jamón, el chorizo, todo partido en cuadraditos pequeños, los ajos picaditos, la guindilla, le daremos unas vueltas en el fuego para que empiecen a soltar todos los jugos que necesitaremos como fondo, añadiremos los caracoles en crudo y el tomate. La cocción en el horno será larga por lo que es aconsejable echar un poquito de azúcar para evitar la acidez del tomate. La temperatura del horno no será muy alta para poder coger a traición al caracol y salga de la concha pensando que esta de vacaciones en Benidorm. Hay que ir removiéndolos durante la cocción para que todos se vayan impregnando de la salsa, el tomate perderá humedad y la salsa se ira concentrando. Después de las dos horas más o menos, todo tendrá un aspecto espectacular, pero aun necesitara un poquito más, para que la salsa quede en su punto. Es el momento de la broma, separa la salsa del caracol, esta la untas con el pan y el caracol lo tiras. Una broma fácil y ligera que se suele hacer, pero vamos que el caracol también esta buenísimo y sin el pan engorda menos. Cada cual elige, yo por si acaso de los dos.
Para acompañarlo lo mejor el vino, blanco, rosado, tinto, la cerveza, cualquier cosa le va bien, incluso el Champagne, entonces les llamaríamos escargoles en vez de caracoles que queda mas fino. Pero como es veranito, hace calor y el ambiente es distendido creo que lo que mejor le va es la sangría.

Para la sangría, hay tantas como manos se ponen a hacerlas, pero esta que hago yo, está muy rica; y sí, no me quedan abuelas. Necesitaremos vino lo principal, mejor joven por que ya llevamos la delantera con su sabor afrutado. Limonada, limones, bote de melocotón en almíbar, azúcar, un chorrito de 43 otro de whisky o cualquier bebida seca con poco aroma y abundante hielo. Se recomienda que todos los ingredientes estén fríos.
Cantidades, una botella de vino, son de 3/4 un par de latas de Fanta o KAS de limón (pueden ser tres o añadir un poco de gaseosa si la queremos mas ligera), 3 limones, el azúcar, habrá que jugar con ella dependiendo del tipo de almíbar del melocotón, un copita de 43 no mucho por que es muy aromático, del otro licor otra copita larga, se puede ser mas generoso, dependerá de lo contentos que queramos ponernos, azúcar unos 150 gramos.
Mezclamos el vino, con el melocotón y su caldo, los licores, el azúcar, los limones los pelaremos (con cuidado para que la piel no tengan mucho blanco) añadiendo las peladuras dentro, y estrujando y sacando después su jugo, que ira también dentro, daremos vueltas hasta que el azúcar se disuelva. Echaremos los hielos y los refrescos de limón. La cantidad de azúcar se puede variar dependiendo de si nos gusta mas o menos dulce, un truco, si se hace dulce por que a la mayoría le gusta y a nosotros no tanto, en nuestro vaso de la sangría añadir un poco de vino. Y cuidado por que fresquita entra genial, si estas sentado, te darás cuenta al levantarte lo rica que estaba. Que disfrutéis de esta noche mágica, en compañía de amigos y de algo mas intimo para terminarla, a mi se me ocurren muchas cosas para hacer; ramas finas y el bosque, un río sin ropa, calor en la hoguera... Que aunque un día no se duerma no pasa nada.

miércoles, 22 de junio de 2011

¡¡¡ Caracoles !!!



Todavía pero con menos paciencia,
me siento a contemplar la carrera;
que los caracoles siempre pierden contra el tiempo,
pero el tiempo no gana, solo pasa.
Gunter Grass

Yo no me quedé contemplando su cansino caminar, me dispuse a ir de cacería, aprovechando las tormentas de estos días con su lluvia, su calma posterior y agradable temperatura. Invitaba a un paseo pausado, y aunque son animales a los que la velocidad no les sobra, tienen una innata habilidad para el camuflaje. Se entremezclan con la maleza, se cobijan bajo los bardales, trepan ágiles por los lomos de los chopos. Pero es ese momento con la calma y tras la lluvia en la que ellos pierden toda la compostura, empujados por el ansia del frescor de la hierba olvidan precauciones y se dejan ver en serpenteantes riadas lentas. O copulando sin frenético vaivén, es curiosa esa forma de aparearse, ensartándose una saeta espiral ambos e inseminándose al unísono, en un largo abrazo que dura interminables horas de (4 a 7) para terminar cavando un agujero y depositar allí los huevos. Es fácil si el vecino no se adelanta recoger un buen puñado para degustarlos en días venideros tras su correspondiente purga o limpia interior. Los míos ya están en el bote, mejor dicho en el saco de malla, dispuestos a ser usados por San Juan.

Y tras ese imponente desgaste de energía, he de decir a mi favor que de los que vi y se pusieron a mi alcance no se escapo ninguno, y de sudor continuado, hay que reponer líquidos. Con el veranito apetecen los refresquitos, y hoy le toca el turno al Kalimotxo, una bebida bastante vulgar, que bien preparada cambia totalmente su concepto. Refresca, sabe rico y apetece degustarlo. Para algunos es un ultraje utilizar un buen vino para combinarlo con cualquier bebida carbonatada. Yo soy de la opinión que una mezcla con buen vino, siempre será mejor que una mezcla con mal vino. Incluso la gaseosa adquiere otra dimisión cuando se aparea con uno de los primeros.
El kalimotxo de por si es una mezcla simple y socorrida, un vaso, hielos, coca cola y vino y aquí termina todo su misterio. Pero como no nos conformamos con lo normal, lo complicaremos, no mucho y lo mejoraremos.

Un vaso de cristal fino, de los de sidra, a poder ser frío o enfriado, abundante hielo, unos golpes de sirope de grosella o cualquier fruta roja, este es el mejorante, unas cortezas de limón para otorgarle un punto de frescura, el vino si es joven mejor, llevara la ventaja del afrutado y coca cola. Las cantidades yo me aventuro con un fifty fifty con los protagonistas de la mezcla, aunque podía ser algo más de coca cola que de vino. Puede ser un peligro probarlo, por que suele ser adaptivo, espero que os guste algo menos que a mí.

jueves, 9 de junio de 2011

...entre los arboles, humedos, escondidos....


Y como nadie vino, al final tuve que ir solo. Vestimenta, botas Salomon con gore tex, pantalones Trango repelentes al agua, camiseta quechua, y forro polar impermeable también de Trango. El día esta fresco y amenazaba lluvia y yo iba a lo que iba. Como complemento cesta de mimbre, navaja afilada, y el bordón de boj de la Sierra de Urbasa. Objetivo, adentrarme en el bosque, primero entre los robles, y buscar Boletus Edulis, me tuve que conformar con los pinicolas un poco menos sabroso pero excelentes de todas formas. La mañana salio gris, los altos árboles envolvían una humedad, que se aspiraba con deleite. El verdor recién pintado por la lluvia animaba a caminar cuesta arriba, el humus del suelo se deshacía en cada paso, resbalaba. No se veían indicios aunque sabia que había movida, seguí subiendo hacia la ladera mas despejada, la espesura daba paso a una liviana y cómoda pradera ya entre pinos. El aroma balsámico me entretenía, las grandes aves planeaban silenciosas, expectantes. Y allí, sí, encontré lo que buscaba, distraídos entre el manto de agujas marrones, lo levantaban levemente, escondidos. Me había apetecido un revuelto de hongos y ya tenia suficientes, y como del bosque solo hay que tomar lo necesario para la ocasión. Baje silbando, dejando que mí alrededor viajase conmigo, disfrutando de esa húmeda frescura, con matices profundos de tierra mojada.
Una vez limpios, y contemplada largamente su belleza, sus formas sinuosas, provocadoras, puse la sartén en el fuego mientras troceaba finamente media cebolla fresca, diría en brunoise, pero no se si se me va a entender, mejor en cuadraditos pequeños. Con el fuego fuerte y con la intención de que la cebolla se asuste, tueste y requeme un poco. Mientras, fileteaba los hongos para ser añadidos a la sartén en el momento que la cebolla empezaba a ponerse marrón oscura tirando a negra. Hay que salpimentar al gusto, saltear con juego de muñeca y bajar el fuego, para que se terminen de hacer. De los huevos lo que nos interesa son las yemas, que se cuajaran directamente con el calor de los hongos. Pero como estamos en crisis y no se puede tirara nada aprovecharemos todo. De los tres huevos que nos van a hacer falta para esta cantidad, dos claras y un huevo entero los batiremos salpimentado y añadiendo una pizca de nuez moscada por los aromas sugerentes, cuajándolos a la antigua usanza. En una sopera poner agua y llevarla a ebullición, dentro otra sopera, con una nuez de mantequilla, cuando este derretida incorporar la mezcla, salpimentar, e ir volteándolo con una cuchara para que cuaje de una forma cremosa, no cuesta mucho. En el centro del plato el revuelto que acabamos de hacer, a su alrededor los hongos y sobre ellos las yemas, que romperemos para que ligue el conjunto.
Para degustarlo un buen pan y vino. Hoy me he decidido por un Merlot, potente, ensamblado, frutal, pimienta negra, cereza, zarzamora y un ligero toque mentolado, equilibrado y con buena estructura. Que lo disfrutéis.

miércoles, 8 de junio de 2011

Esparragos

Si la alcachofa es la reina de la huerta, ya hablaremos de ella en otra ocasión, el Espárrago es el Rey indiscutible. Terso, duro, con un gran potencial de sabor típico y característico, por no decir lo sugerente y el componente sexual de su forma. Es un producto misterioso, casi podríamos decir que místico, hay que buscarlo, no se ve a simple vista como la mayoría de la verdura u hortalizas. Y digo bien, no se ve, hay que recorrer y mirar con ojos avezados las marcas que deja sobre los lombos, ríos, para averiguar donde nace y poder escarbar en la tierra para sacarlo, cortarlos a la altura deseada y volver a tapar el agujero que hemos hecho, por si le da por nacer otro en el mismo lugar y no se ponga verde.
Por que ese es otro impedimento, mientras el espárrago esta enterrado es blanco, cuando le da el sol se pone morado y seguidamente verde, y ya no se aprecia tanto, es el valor añadido del madrugón para recolectarlos. Ya estamos en los últimos estertores de la temporada.
Últimamente, la nueva cocina esta investigando con el producto y facilitando nuevas maneras de hacerlo. Pero como mejor se degusta sin duda es de la manera tradicional, ósea cocido en abundante agua ligeramente salada, un truco es añadir una pizca de azúcar para que fije mas el sabor. Los ingredientes son sencillos, lo complicado es prepararlos. Después de ir al huerto a recogerlos, sudar un poco que viene bien, agudizar la vista y recordar tiempos pasados, en su día se le llamo el oro blanco. Hay que pelarlos, lo mejor es un pelador específico para espárragos, pero sirve cualquier pelador. Con delicadeza se sujeta de la punta, ósea del capullo, que no hace falta pelarlo, se apoya sobre una superficie rígida, se va pasando el pelador de adelante atrás y se va girando hasta completar toda la circunferencia. Yo y la gente de aquí, lo sujetamos con dos dedos y lo apoyamos sobre el brazo, supongo que cuestión de práctica, es más rápido. Se pone a hervir el agua con la sal, a gusto del consumidor, una referencia mas o menos como la que se usa para cocer la pasta, una cucharadita de azúcar y cuando hierva el agua metemos los espárragos, el nuestro debe quedar fuera y a ser posible sin pelar. El tiempo de cocción dependiendo un poco de la cantidad que tengamos en la sopera, recomiendan 20 minutos, yo lo rebajaría a 15 o algo menos, debe quedar en el centro del espárrago un alma, mas crunch, mas tiesa, que lo mantenga firme, se dejan templar un poco y a comer.
Un truco para los impacientes, después de pelados, se pone en la olla expres un poco de agua, cuando hierva, la sal correspondiente, el azúcar y un chorrito de aceite, los espárragos, se cierra y en cuanto pita en cuatro minutos echo, el resultado es impresionante.
Acompañamientos, le va bien un buen aceite y un buen vinagre, y la mahonesa. A mi me gusta complicarlo un poco, pero solo poco, esclafar unos huevos en el mismo agua, ponerlos sobre los espárragos, salpicar con vinagre de frambuesas y un buen aceite de oliva, cortar unas virutas de jamón y esparcirlas con gracia por encima. Si se rompe alguna yema, mejorara el resultado final, hará falta un buen pan para untar. Para acompañarlo, los rosados de Navarra están en el momento óptimo. Que aproveche.

lunes, 6 de junio de 2011

Con la vestimenta adecuada

Llevamos bastantes días de tormentas, atronadoras melodías que salpican el cielo, negro, de serpentinas brillantes. La lluvia ha sido constante y abundante, en los bosques te invaden ráfagas de humedad a veces fresca, a veces calida, que te bordean, te atrapan y sientes, como lo nuevo nace. Es un buen momento para buscar las delicias que te pueden ofrecer estas marañas de árboles, de hierba fresca, de tierra fértil, solo hace falta ir vestido de la manera adecuada, para que cada uno encuentre lo que busca, lo que necesite o satisfaga. Es curioso como setas y hongos empujan el humus para dejarse ver. Es curioso ver como los caracoles trepan por los troncos para quedar a la altura de la mano. Y es curioso ver como las nuevas especies, las más buscadas afloran en este tiempo. Te vienes al bosque?


miércoles, 1 de junio de 2011

...repitió la alegría de los labios en la copa...




Con los vinos me pasa una cosa curiosa, desde el inicio, ósea cuando voy a comprarlos, empiezo a disfrutar. La búsqueda, el descubrimiento, es como ir de caza, perseguir, acorralar y conquistar. No es algo fortuito ni al azar, suelo pensar en las personas con las que me gustaría compartir esa botella y ponerles cara.

Hay un vino en especial, que cada año me sorprende por su frescura y su honestidad.

Que mejor que degustar y compartir ese vino hoy, con una persona valiente, que ha intentado que las cosas fuesen a mejor y ha tenido que sufrir las consecuencias. Ya se que a ti te gusta más el blanco, pero hoy sera este. No desistas, sabes que eres la mejor y ellos también lo saben.

Va por ti, por valiente y por que te lo mereces, un vino como tu, y espero que llegue el día que lo compartamos cara a cara.

Es un vino de color rojo cereza picota, con amplias tonalidades violáceas en el ribete, limpio, brillante. Huele a gominolas, a frambuesa, a frutos del bosque mezclados con regaliz, sin engaños. Es carnoso, goloso, amplio, potente, equilibrado y con una gran sensación frutal que invita a beber, compensado con una grata acidez y un suave amargor que alarga el sabor. Los recuerdos a frutos rojos en el retronasal le da un tono refrescante y hace que nos apetezca continuar con el.
Si tendría que definirlo en pocas palabras seria, beber gominolas.

Es un vino de maceración carbónica, y aunque por el nombre lo parezca no es un vino con gaseosa. Un gran vino que recibe premios. Que lo disfrutéis

jueves, 19 de mayo de 2011

El Gin Tonic perfecto....




El Gin Tonic perfecto no existe, por dos motivos fundamentalmente. El primero a cada uno le gusta el suyo y el segundo y principal, que se acaba. Yo haré uno que esta muy rico. Tenia intención de haber probado una variante, pero la pínche de cocina que se ofreció, lleva días desaparecida y no se si volverá, nos quedamos con el tradicional.
Se aceptan candidatas.

Imprescindible un vaso ancho, grande y fino, o una copa de las mismas características según gustos, que quepa todo con abundante hielo.

Los hielos macizos a ser posible secos, ósea sacados del congelador, y en abundancia para evitar que se ague. Primero hay que enfriar el vaso, moviendo los hielos dentro, retirar el agua que hayan podido soltar.

La ginebra; últimamente he probado unas cuantas buscando un ensamblaje digno de mi, de las probadas, la G´Vine, la Citadelle y la Martin Millers, son las que mas me han gustado y en especial la Martin Millers, diferente, perfecta, guardada en el congelador por supuesto.

La tónica, corren tiempos de cambios y de tontería, ahora esta de moda la Fever Tree con poco gas y algo insípida, la Fentimans la ultima en llegar y la mas cítrica, la Q Tonic la que menos calorías tiene y la de toda la vida la Schweppes para mi la mejor opción la mas fresca de todas y se trata de eso de tener un refresquito.

El limón, lo mejor es tener dos Twist, ósea un par de tiras de corteza con la menor parte posible de blanco. Si eres hábil con dos pinzas se retuercen sobre el vaso para que el aceite caiga dentro, sobrara para perfumarlo y aromatizarlo, si no eres hábil con los dedos. Últimamente se esta poniendo como moda el pepino yo soy clásico.

Jarabe de arce, un chorrito que se dejara caer cuando ya la copa este terminada, descenderá despacio dejando un reguero disperso, terminando de aromatizar y ensamblar todo el contenido. La variante era sustituir este chorito por un poco de esencia de sumisa, un poco de celo de perra. Eso será para el verano y ya comentare que tal el cambio.

La mecánica es sencilla, verter los hielos en el recipiente, moverlos animadamente con una cucharilla en círculos hasta que se enfríe el cristal, lo ideal seria cambiar los hielos, pero nos conformaremos con retirar el agua si ha quedado. Exprimir un Twist de limón sobre el hielo, verter la ginebra 1 parte por cuatro de tónica más o menos, con cuidado servir la tónica para que pierda el mínimo gas posible, exprimir el otro Twist y terminar con el jarabe de arce.

El primer trago es generoso, sorprende en matices, el segundo se abre la ginebra y vuelve a sorprender y el tercero hay que preparar el segundo Gin Tonic por que se ha acabado. Que lo disfrutéis ahora que empieza el calorcito.

domingo, 8 de mayo de 2011

Guisantes con Jamón



Pensareis que es una receta demasiado simple, y en verdad que lo es, pero aquí estoy yo para complicarla. Estos días se me ha ofrecido una pínche de cocina, y la he aceptado. Le gusta recostarse en la pila y fregar los cacharros y platos que ensucio entre otras cosas, por que también le gusta probar lo que hago. Como iba a pasar un tiempo a mi lado, que menos que comprarle un mínimo uniforme que no desentone con el ambiente. Un delantal negro, con ribetes de blonda blancos, pensé que seria suficiente y no me equivoque, las tetas quedan accesibles por los costados, la espalda y el culo al descubierto separados por una delicada lazada ofreciéndome una vista relajante, y como casi siempre esta de espaldas, atenta, en el fregadero creo que con el delantal es suficiente.
Vamos a por la receta que me despisto, claro mirando ese culo, quien no. Necesitamos guisantes, y empiezo a complicarlo, los mejores los de lagrima, ya se que son difícil de conseguir, aquí no, la ventaja de vivir en una país de jauja, pero podéis utilizar los que queráis. Un poco de maicena, para espesar el fume que también tendremos, en su defecto sirve el que viene en brik, ajos, cebolleta fresca, pimienta negra recién molida, virutas de jamón si es del bueno mejor, y jengibre fresco para lo que se nos pueda ocurrir.
Se pone a pochar la cebolla a fuego suave que se ablande junto con el ajo, limpiamos el jengibre, su aroma invadirá la estancia y pensaremos en otra cosa, pero a lo que estamos, se tritura haciendo una pasta, y se le añade a lo que tenemos en el fuego esperaremos un tiempo a que todo se vaya conjuntando.
Miraba hacia el fregadero, y a mis manos, envueltas en los guantes de látex, sin querer o queriendo mi mano derecha empezó a subir por sus muslos, despacio conquistando cada centímetro de su piel, hasta llegar arriba, donde termina en muslo y todo se hace uno y salte al otro muslo y empecé a descender de la misma manera. Me gusto esa sensación, ese tacto irreal del látex y la piel, y volví a subir, mas despacio, apoderándome ya de todo, me encontré con el coño, y pase mis dedos por el, sentí el rumor, las ganas, la humedad, me gustó. La pínche estaba en silencio fuertemente asida al estropajo, intentado contenerse. Jugué y metí un dedo, me gusto su reacción, mas humedad, seguía inclinada, me gusta esa posición, separe mas sus piernas y entró el segundo sin problema. Jugué mas, la lleve al limite, mis dedos entraban en sus agujeros, en el coño, en el culo que se abría mas y mas, reclamando algo mas grueso, sus manos estrujaban con fuerza lo que tenían asidas, aguantaba esperando que le permitiese correrse y llego el aroma a quemado.
Primer intento a la basura, a comenzar de nuevo.
Con un poco mas de cuidado, el fuego mas bajo, y haciendo lo mismo, los aromas empiezan a fundirse, el dulzor de la cebolla, el punto del ajo, el oloroso jengibre, la maicena, el golpe de pimienta, el fumé, un caldo meloso, ligeramente espeso y claro, lo dejamos un tiempo que se mezclen los sabores y la harina cueza y pierda el sabor de nueva. Y vuelvo a mirar el culo, y el tarro con las sobras el jengibre, y no lo puedo evitar. Me acerco a ella, sigue en el mismo sitio, en la misma posición no tiene nada que hacer pero me gusta verla así, esperando que ensucie algo para ella limpiarlo. Me coloco tras ella, beso su nuca, aspiro el olor penetrante de su pelo, mis manos se deslizan por delante, recorren la piel bajo la tela, pellizco los pezones, crecen respondiendo a mi saludo, se hecha hacia atrás, contra mi pecho, los suelto la obligo a inclinarse, en la posición que tiene que estar. Su culo se restriega contra mi polla, Mis manos bajan, con una mano separo la pierna izquierda, la otra la poso por completo en el coño, y lo froto con fuerza. Se escurre, noto su respiración agitada, sus manos buscan donde asirse, los brazos, se clavan en el borde del fregadero, aumento el ritmo, le gusta, se concentra para no correrse. Mi polla crece, el culo esta a mano, unto los dedos en la pasta de jengibre, los poso en el clítoris, lo masajeo, bajo por la raja, pica, le pica, se mueve inquieta, la penetro con ellos, hasta el fondo, despacio, el jengibre necesita su tiempo de acción, mi inclino con ella, me siente, siente mi polla. Su culo se abre y se cierra, se abre, su cuerpo se cimbrea, mi mano la dirige, la mantiene anclada a mí. Sus manos se mantienen en el aire sujetando nada. Me bajo el pantalón, despacio voy buscando la entrada de su culo, ha pasado el tiempo necesario, esta desbocada, acerco la punta, entra, quiere metérsela entera, la freno. Espera tu momento, aumento la velocidad en la mano, me retiro, ella aprovecha cualquier movimiento para empalarse entera, vuelvo a entrar despacio, sintiendo como mi glande hace ceder su esfínter, pasa, la siento envolviéndome, calido, sedoso. Muevo la mano para que ella se contonee, esa es la caricia que quiero para mi polla hoy, nada de mete saca, sus espasmos, su torsión. No aguanta mas, se que no puede, le doy permiso, se corre una vez, dos, llega a una tercera antes de que yo me corra. Termina exhausta, se arrodilla, lame mi polla, la lame, la limpia, como debe ser, le permito que se frote, y se frota ante mis ojos.
Solo queda incorporar los guisantes, mantenerlos unos minutos en ese caldo caliente, servir en el plato y adornarlos con las virutas de jamón. Ya veis no es nada complicada la receta.

martes, 3 de mayo de 2011

La primavera




La primavera es algo inherente a cualquier lugar, eso no es nada nuevo. Llega con una explosión casi pornográfica de colores, aromas y sabores. Los frutales se desparraman en un colorido intenso, los árboles se desperezan creando hojas en blanco para ser escritas con caducidad manifiesta, las acacias esparcen su seminal perfume que se mezcla con otros recreando miel. Todo parece despertar, todo brilla con olor a nuevo, la hierba salpimentada de flores se mece al viento dominante, las mañanas regalan rocío. En este lugar a parte de todo eso, llegan las verduras, por cualquier rincón se exaltan, se veneran, se tratan con mimo. Con maestría inigualable, aderezadas, los fogones se rinden a su paso creando combinaciones apetitosas. El verde se posiciona, se deja hacer, con delicada firmeza ofrece su inigualable sabor. Juegan en solitario, se aparean, se solapan en orgías de sabores, en menestras, panaches. Y a su vez los vinos que durante el invierno han reposado, encuentran el punto óptimo para ser degustado. Es tiempo de sabores jóvenes, honestos, golosos, frutales, y el rosado se magnifica con deleite para unos pocos, de lo que hubiese sido un gran vino para todos.

viernes, 29 de abril de 2011

Volvemos a pasear?



A veces me gusta pasear, que paseemos, sin rumbo, enfilamos callejas desconocidas que desembocan en otras, que se estrechan y resuena nuestro andar cómodo. Giro la cabeza y te miro, me sigues de cerca, te espero. Charlamos, comentamos la curvatura de las paredes, como el tiempo las adapta, las esculpe con esa curva graciosa, igual que te esculpe a ti entre mis manos. Llegamos al mercadillo que esta semana han montado. Suenan las trompetas, dos centurias romanas se abren paso, las piernas musculosas atropellan en su andar a los despistados, los escudos por delante, no se detienen. Miras maravillada la marea roja salpicada de cuero, los penachos de sus cascos se cimbrean potentes. El paso marcial acompasado pronto nos deja atrás.
Nos detenemos en el puesto de las especias, te adelantas, miras como pregunto por el curry, nos lo acercan lo hueles con deleite, todo es un fragor de aromas, nos perdemos; en la amarilla cúrcuma, en el chile picante, en el rojo pimentón de la vera, los clavos, el anís estrellado, junto a mi descansas, esperas. Los rollos de canela son imponentes, aromáticos, gruesos. Te miro, están atados en racimos de cinco, me miras, te sonrojas, sabes lo que pienso y hay demasiada gente. No dices nada, te sujeto la barbilla, miro tus ojos entregados, perdidos, inicias el movimiento de levantar la falda, se ven los correajes que a modo de liga sujetan las medias. Las argollas quedan al descubierto. El tendero con su atuendo perdido de otro tiempo, nos deja, va a atender a otra gente, nos quedamos solos en medio de una turba ruidosa. Tu mirada brilla, desde mi altura veo el final de tus muslos, los correajes, el final de ellos, mas anchos, y la ingle que quiere mostrarse, te paso el bouquet mono oloroso, lo tomas con la mano libre, te sujeto para que no te balancees. Me miras fijamente, pidiéndome permiso, asiento. La canela se dirige a tu coño, aguanto hasta el ultimo momento para frenar tu mano, aun no, aun no es tu momento te digo. Respiras, no se si de contrariedad o de alivio, no me importa, las dos me sirven. Olemos más hierbas, té de infinidad de colores, sabores. Sonríes, sonrío, paseamos juntos. Continuamos por la calle ancha abarrotada de gente, un halcón nos sobrevuela, su graznido te asusta, te agarras fuerte a mi brazo, lo ves y sonríes, ves como se posa en un brazo en alto, junto al puesto de gominolas.
Hacia allí nos dirigimos, estas golosa me dices, por donde pregunto, te vuelves a sonrojar, pero una pequeña mueca de risa queda en tus labios. Hay muchas de sabores y colores atrayentes, no te decides, decido por ti, dos de cada sabor y de Gin tonic cuatro. Nos llenan una bolsa, no pensé que habría tantas, la frambuesa penetra en mi nariz, su olor dulce, tu olor. Te la paso, la llevas a la boca hago un gesto de negación y miro hacia abajo. Aquí si, este si es tu momento, tienes suerte, el halcón sobrevuela de nuevo todas las cabezas, por un momento, no eres en centro de atención, el circulo que habían hecho a tu alrededor todos excepto yo se cierra, dejan de otorgarte ese privilegio y aprovechas entonces para introducirla en mi coño. Te miro fijamente, no miro al pájaro, te miro a ti, tu gesto de complacencia, me llena, me hace sentir bien. Cojo una de limón y la deposito con cuidado en tu boca, los labios la exprimen, los dientes han quedado atrás, inertes, tus labios chupan como sabes que me gusta que lo hagan. Me sonríes con la boca llena, feliz. Tomamos te verde con menta en una jaima improvisada, los aromas de los dulces árabes nos embriagan, sucumbimos a su sabor en las bajas banquetas junto a la mesa de latón repujado, tus piernas se separan a mi orden, me muestras el coño, que supura tu esencia dulce mezclada con frambuesa. Jugamos a intercambiar bocados de dulces, a compartir, a descubrir los ingredientes de cada uno, a premiarte, hoy lo has hecho bien. Preguntamos cuando será la próxima, nos emplazan un calendario con fechas, que aceptamos encantados.

Vamos de pesca, gusano?

martes, 26 de abril de 2011

domingo, 24 de abril de 2011

¿Qué flor, única, acaso sucedera mañana?


Llego un poco tarde, pero estos dias todo va descompasado, Para todas, las que lo lean y mas para las que lo sientan. Un beso




Miro hacia atrás y veo
repetirse las rosas.
¿Cómo saber cuál era?
Porque yo busco la última
flor, la que permanece
a pesar de las flores.
Y ahora al volver la cara veo aún
el sitio donde voy
y la rosa que busco.
        (La acacia,Gala)

sábado, 23 de abril de 2011

...quería arrástrame a la deriva de una tarde que acababa...


Me costaba  abrir los ojos, la noche quedaba borrosa. Intentaba rehacer cronológicamente lo acontecido. Por más que lo intentaba me perdía en una maraña, de sensaciones y sentimientos que aumentaban mi desazón. Era incapaz de recordar mas allá de vaguedades, sabía que debía buscar la punta de la que empezar a tirar. La lengua estropajosa parecía no caber en mi boca, el sabor acre, nauseabundo me producía arcadas que a duras penas podía mantener dentro de mí. La cabeza me dolía como si la hubiese separado dos metros de mi cuerpo. La noche había empezado con una fría lluvia, eso sí lo tenía claro, poco a poco sin llamar la atención arreciaba, la procesión había salido ya y dudaban si debería volver o terminar. Mi sombrero de fieltro marrón, se empapaba del frio liquido, mi cabeza bullía en desasosiego, no podía centrar los pensamientos y como una autómata, seguía un paso, que me resultaba ajeno, había rechazado trabar, permanecer dentro del grupo  oculto tras la tela morada, no me pareció una buena opción. La cazadora de piel, húmeda empezaba a ser incomoda, su peso aumentaba, la rigidez se volvía tosca y el paso aumentaba alejándome de un principio que no sabía si tenía final. Acorte por unas callejas que descendían precipitadamente, las paredes parecían juntarse, estrechas, las gotas resplandecían en el ámbar de las farolas, parecían danzar, como burbujas de oro que no tenían prisa por descender. Me tumbe en el suelo abriendo los brazos, mirando hacia un futuro que se precipitaba hacia mí. La lluvia se estrellaba contra mi cara, al principio me pareció que las gotas me esquivaban, que me respetaban, después con brusquedad, con maldad manifiesta una tras otra martilleaban mi rostro. No sentía, el frio, no sentía el arroyo que corría bajo mi espalda, que quería arrástrame a la deriva de una tarde que acababa. En mi mano, la botella aun contenía algo de lo que antes la había llenado. La aproxime a mi boca, bebiendo con avidez, dejando que el alcohol quemase mi garganta, me llenase, me diese el valor suficiente para salir de ese naufragio que me consumía. No quería moverme, estaba bien allí, con los tambores lamentándose cada vez más lejos, con el sonido ausente del día. Nada parecía tener importancia, solo el agua, solo el vodka, volví a beber un trago pronunciado que llego al fondo de mi estomago, que me quemo por dentro, que me recordó que aun estaba vivo, me dio calor, un calor que sentí artificial. Pero fue suficiente para que me pusiera a cuatro patas, y gateando llegue a la pared, me senté en la acera, al respaldo de una fría fachada gris. Mire hacia la farola, me pareció tan bella esa imagen, que me quede contemplandola, tanto tiempo que perdí la noción, la realidad. Veía las chispitas brillar, deshacerse, juntarse, agruparse, estrellarse contra el suelo, explotar. Di un último trago y lance la botella hacia lo alto, arrasaba cuanto se encontraba a su paso, destruía diminutos universos que resplandecían rotos, desplazaba como un vendaval siluetas que seguían al norte. Hasta que un sonido estridente aplasto mi visión, destruyendo ese momento. Serpenteé por la pared con mi espalda, hasta erguirme de una manera tosca, mi cuerpo encorvado, se precipitaba antes que yo, con cada traspié, mi cabeza parecía estallar, mi sombrero había desaparecido y mi pelo escurría sucio un líquido pegajoso…

Página 89, 5ª linea

No suelo entrar en el juego de las cadenas, sobre todo en la de los premios, por que al final creo que es una palmadita en la espalda que nos pasmos unos a otros, sin ningún otro fin que el de hacernos notar. No así en este que si me parece interesante, y otro que me pasaron al otro blog y que subiré en este, cuando conteste las preguntas. Y hoy con más razón al ser el día que tiene que ver con la lectura. Voy con ello Maiko 舞子

Soy un poco atípico y eso también se nota en mis hábitos de lectura, nunca leo un libro solo, suelo hacerlo de tres en tres, no es que los lea al unísono, que podría hacerlo, es mas controlar mis ánimos, mis emociones, mis sensaciones a través de la lectura. Imponer el ritmo, frenarlo, aderezarlo e ir jugando con los tiempos de las letras que van apareciendo. Termine esta semana Riña de Gatos, Mendoza me gusta desde que leí el laberinto de las aceitunas, ese ya no cuenta. Los tres que estoy leyendo ahora son;

Sables y Utopías Visiones de America Latina de Mario Vargas Llosa
Una recopilación de sus mejores artículos desde los años 60
Las "putas tristes" de Fidel

Nunca he pretendido engañar a nadie sobre la naturaleza de su régimen ni sobre los principios en que se funda su manera de gobernar.

 
Gomorra de Roberto Saviano
Un valiente con la tumba ya preparada en el cementerio, se atrevió a infiltrarse y contar los entresijos económicos de la Camorra

Quiere que dependan totalmente de el. Una opción opuesta a las decisiones...

 
El contador de historias de Rabih Alameddine
Una historia central que entremezcla y anuda a muchas otras que al principio parecen inconexas pero que después van tomando forma y se van uniendo, con infinidad de personajes reales y de cuentos, que explican su moraleja para entender la historia principal. De lectura amena y fácil, con historias irreales, una esclava y mucho mas.

-¿Por qué? -pregunto Jayal, pero la desatenta curandera ya había iniciado el camino hacia su casa.
 
Estos son, lo que no haré será pasárselo a otros blogs, en eso sigo inamovible

viernes, 22 de abril de 2011

Borregos?

Ya sé que tengo el blog un poco abandonado, no ha sido una buena temporada, espero en breve ponerlo al día con los post escritos y no subidos.

Llueve en este Jueves Santo que más que Santo es húmedo y ante la imposibilidad de procesionar hay que buscar alternativas. No muy lejos de aquí; en coche, se tarda más o menos la mitad de lo cuesta subir el perdón por el camino de los peregrinos. Hay una ciudad bimilenaria, aconsejable por variadas cosas. Pero en los días como hoy, Jueves Santo y mañana Viernes Santo, hay una que resalta por curiosa y típica. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo comenzó esta costumbre, pero si preguntas al mayor de todos los que te encuentres, te dirán que sus abuelos ya jugaban. Se trata de un juego, que ni los avatares de la Guerra Civil, ni la hambruna de las postguerra, ni tan siquiera el férreo control policial de la dictadura en época de cuaresma consiguieron frenar. Hablo de un juego, si, un juego con poco fuste, un juego sin habilidad especial, ni inteligencia. Azar, puro azar. Cuentan, a veces con demasiada emoción que en los años buenos, los 80, 90, constructores y empresarios, de Bilbao, de aquí Pamplona y otras ciudades limítrofes, viajaban con maletines repletos de dinero que cambiaban de mano, de posición y de bolsillo al capricho de esa diosa que nada tiene que ver con estos días. También cuentan y yo lo sé, que no hace muchos años un afortunado tras varias tiradas consecutivas de buenas, logro acaparar tal botín, que el dinero camuflado por bolsillos, entre ropas, atado junto al cuerpo, proporcionaba tal volumen que se hubo de llamar a la policía para que lo escoltase hasta llegar a casa, por miedo a ser atracado. También se cuentan historias mas tórridas que tal vez merezcan un escrito aparte, donde haciendas cambiaron de manos, e incluso se jugaron a las mujeres. Pero eso fueron otros tiempos, ayer la mesa estaba ligera de billetes para amontonar. El juego en si es simple, una mesa de billar de tres bandas, un poco adaptada, simplemente se coloca un foso en una esquina, en la esquina contraria la que se tira, un rodillo parecido al de amasar que se ha rebajado un poco en el centro para que entren ocho bolitas. Se golpea o empuja las bolitas con el objeto de que entren en el foso, pero solo interesa al tirador que ejerce de banca en ese momento, que entren pares o todas, que es cuando gana y hace buenas. Si entran impares pierde y son malas, si no entra ninguna se considera nulo, y a los tres nulos el tirador pierde su turno. Los ingredientes para hacer bien esta labor, son un 10% de habilidad y un 90% de suerte. Es un juego en que la organización no se queda nada de lo apostado, ni de la banca, ni de las personas que apuestan entre ellos de forma privada. Solo hay que sacar un numero que te da derecho a tirar y ahí, si se pagan tres Euros, los habituales, por no decir profesionales, sacan varios y a distintas horas para poder tirar en determinados momentos y tentar, o no agotar su suerte. En la parte de la mesa que no se usa, sobre el tapete verde se va dejando el dinero, montones que a la par se cubren. La adrenalina corre, la tensión se masca, la impaciencia se siente, un juego rápido en el que, el que tira con cada tirada dobla la cantidad siempre y cuando haya gente que lo cubra, así que en unas pocas tiradas si se empieza con 500€ podemos estar hablando de más de 32.000 ó 64,000€ cifras abultadas, que este año yo por lo menos no he visto. Un dato curioso, es que el juego esta vetado a mujeres, tanto para jugar como para mirar, un pequeño reducto que queda exclusivamente al hombre, y es así por que se hace en sociedades privadas que tienen sus normas.
Y ya con el día despertando vuelvo a casa con algún euro mas en el bolsillo, y con la sensación de que me faltan unas sopas de ajo, como las que se comen en el descanso de la procesión del cinco de copas en Zamora, una noche como esta. Hay que descansar que mañana, bueno hoy, dentro de unas horas hay que ir a un entierro, Santo, eso si. Ha llovido intensamente durante toda la noche y ahora me dejo mojar por el agua que cae ligera y me refresca el alma.

viernes, 8 de abril de 2011

...allí hay que irse a respirar, a soñar, a alargar las horas en lo infinito de las sensaciones...




Si algo caracteriza el final del invierno en este país, es el olor penetrante de las brasas de sarmiento aderezando el dulzón aroma del ajo asado. Los ajos sembrados en menguante antes de acabar el año, ofrecen el tamaño, textura y sabor idóneos para ser degustados con exquisito placer, regados con buen vino y mejor pan, por San José. Y esa es la fecha en la que el invierno deja de ser constante y se permite lindas ligerezas. Y no por eso, guarda agazapadas sus garras para días venideros. Y en esta época que es cuando en realidad el año comienza, cuando lo viejo, lo dormido retoma sus hábitos y despierta en flagrante despilfarro de aroma y color y decido contar lo que en este País de Jauja vaya aconteciendo o a mi interés me parezca oportuno.